Paren el Ruido

Un intento por escuchar el susurro de la verdad detrás del ruido de la mentira y la fantasía

martes, septiembre 05, 2006

Invasión a Gaza II

Parte I

¡Nada como un texto religioso para enaltecer el alma!

Deuteronomio

7:1 Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra en la cual entrarás para tomarla, y haya echado de delante de ti a muchas naciones, al heteo, al gergeseo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, siete naciones mayores y más poderosas que tú,
7:2 y Jehová tu Dios las haya entregado delante de ti, y las hayas derrotado, las destruirás del todo; no harás con ellas alianza, ni tendrás de ellas misericordia.
7:3 Y no emparentarás con ellas; no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija para tu hijo.
7:4 Porque desviará a tu hijo de en pos de mí, y servirán a dioses ajenos; y el furor de Jehová se encenderá sobre vosotros, y te destruirá pronto.
7:5 Mas así habéis de hacer con ellos: sus altares destruiréis, y quebraréis sus estatuas, y destruiréis sus imágenes de Asera, y quemaréis sus esculturas en el fuego.
7:6 Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra.

¿Ya se sienten más espirituales? ¿Ya sienten la amorosa y pacífica sabiduría de Jehová entrar en sus corazones?

¿O más bien sienten, igual que yo, que estos textos religiosos son un programa de control mental milenario, diseñado por una élite de psicópatas para mantenernos en guerra perpetua y controlados por medio del miedo, la intolerancia y la superstición?

Vengan a ver lo que textos como el de arriba inspiran hoy en día, a más de 2,500 años de haberse escrito:


La oscuridad de Gaza

Por Gideon Levy
04/09/2006

Gaza ha sido reocupada. El mundo debe saberlo y los israelíes también deben saberlo. Jamás ha estado en peor condición. Desde el secuestro de Gilad Shalit, y más aún desde el inicio de la guerra en Líbano, las Fuerzas de Defensa de Israel han estado alborotando a través de Gaza - no hay otro modo de describirlo - matando y demoliendo, bombardeando y disparando, indiscriminadamente.

Nadie piensa en establecer una comisión de investigación; el asunto ni siquiera está en la agenda. Nadie pregunta por qué se está haciendo esto y quién lo decidió. Pero bajo la cubierta de la oscuridad de la guerra de Líbano, las FDI regresaron a sus viejas prácticas en Gaza como si no hubiera habido retiro. Entonces debe ser dicho como es, el retiro está muerto. Aparte de las colonias que permanecen como montones de escombros, nada queda del retiro y sus promesas. Cuán desdeñosas parecen ahora todas las absurdas palabras acerca del "fin de la ocupación" y "partir la tierra". Gaza está ocupada, y con más brutalidad que antes. El hecho de que es más conveniente para el ocupante para controlarla desde afuera no tiene nada que ver con las intolerables condiciones de vida de los ocupados.

En grandes partes de Gaza hoy en día, no hay electricidad. Israel bombardeó la única planta de energía en Gaza, y más de la mitad de la electricidad estará cortada por al menos otro año. Casi no hay agua. Ya que no hay electricidad, suministrar agua a las casas es casi imposible. Gaza está más sucia y apestosa que nunca: debido al embargo que Israel y el mundo han impuesto sobre la autoridad elegida, no se pagan salarios y los limpiadores en la calle han estado en huelga por las últimas semanas. Montones de basura y repugnantes nubes de mal olor estrangulan la franja costera, convirtiéndola en Calcuta.

Más que nunca, Gaza es también una prisión. El cruce de Erez está vacío, el cruce de Karni ha estado abierto sólo por unos cuántos días en los últimos dos meses, y lo mismo es cierto para el cruce de Rafah. Unas 15,000 personas esperaron por dos meses para entrar a Egipto, algunas todavía esperan, incluyendo muchos enfermos y heridos. Otros 5,000 esperaron del otro lado para regresar a sus casas. Algunos murieron esperando. Uno tiene que ver las escenas en Rafah para entender cuán profunda es la tragedia humana que está ocurriendo. Un cruce que no se suponía que tendría una presencia israelí continúa siendo el medio de Israel para presionar a 1.5 millones de habitantes. Esto es un castigo colectivo degradante e impactante. E.U. y Europa, cuyas policías están en el cruce de Rafah, también cargan responsabilidad por la situación.

Gaza también está más pobre y hambrienta que nunca. Casi no hay mercancía moviéndose hacia dentro y fuera, pescar está prohibido, las decenas de miles de trabajadores de la Autoridad Palestina no reciben salario, y la posibilidad de trabajar en Israel es impensable.

Y todavía no hemos mencionado la muerte, la destrucción y el horror. En los últimos dos meses, Israel ha asesinado a 224 palestinos, 62 de los cuáles eran niños y 25 mujeres. Bombardeó y asesinó, destruyó y disparó, y nadie lo detuvo. Ningún grupo con cohetes Qassam ni túnel de contrabando justifica tal matanza a gran escala. No pasa ningún día sin muertes, la mayoría civiles inocentes.

¿Dónde quedaron los tiempos en los que todavía se debatía adentro de Israel acerca de los asesinatos? Hoy, Israel deja caer innumerables misiles, obuses y bombas en casas y mata familias enteras de camino a su próximo asesinato. Los hospitales quedan paralizados con más de 900 personas en tratamiento. En el Hospital de Shifa, la única instalación de Gaza que podría merecer el nombre de hospital, vi escenas que me rompieron el corazón la semana pasada. Niños que perdieron extremidades, en respiradores, paralizados, inválidos para el resto de sus vidas.

Familias han sido asesinadas mientras duermen, mientras montan burros o mientras trabajan en los campos. Niños asustados, traumatizados por lo que han visto, se esconden en sus casas con un horror en sus ojos que es difícil describir en palabras. Un periodista de España que pasó algún tiempo en Gaza recientemente, un veterano de guerra y de zonas de desastre alrededor del mundo, dijo que nunca había sido expuesto a escenas tan horroríficas como las que vio y documentó durante los últimos dos meses. (...)


Y todo porque un tal Jehová ordenó "destruir del todo sin misericordia" a las naciones que él mismo "entregó" a los "especiales" seguidores de un tal Moisés hace 2,500 años.