La Patocracia quiere Guerra Mundial

Los patócratas - es decir, la cúpula en el poder caracterizada por sus personalidades patológicas, principalmente psicopáticas, e incapaces de sentir empatía por otros seres humanos - está deseosa de que la guerra en Líbano degenere en una guerra mundial.

Newt Gingrich, político estadounidense republicano y ex portavoz de la Casa de Representantes de E.U., declaró:

"Estados Unidos debería decir a Siria e Irán, 'El sur de Líbano va a ser limpiado. Estamos a favor de Israel y de que el gobierno libanés le rompa la espalda a Hezbolá, deshacernos de todos los 10-13,000 misiles - y decisivamente detendremos cualquier esfuerzo de Siria e Irán de intervenir'... Estamos en las primeras fases de lo que yo describiría como una Tercera Guerra Mundial, y francamente nuestras burocracias no están respondiendo lo suficientemente rápido, y no tenemos la actitud correcta acerca de esto."

Gingrich dijo que E.U. debería estar ayudando al gobierno libanés a eliminar a Hezbolá como una fuerza militar en el sur de Líbano.

¿Y cómo van a eliminar a Hezbolá? Al estilo israelí, por supuesto: con guerra y más guerra, mientras más cruel mejor. Sin duda que esa sería la "actitud correcta" para este señor. Gingrich es uno de esos incondicionales "amigos" de Israel (y pongo "amigos" entre comillas porque uno no le desea guerra a sus amigos) que describen a la población árabe de la región como "extremistas". Por favor chequen este video con las imágenes de estos peligrosos "extremistas" (o sea, gente inocente y normal) de Líbano que han recibido el castigo del "perro rabioso" Israel.

Otros notables patócratas, los neoconservadores, que son lo más cercano a los ideólogos y propagandistas nazis, pero en versión moderna estilo E.U., están que dan brincos de alegría con los últimos acontecimientos.

Apetito por la Destrucción: Armas y Poses Neoconservadoras

Adam Elkus, 17 de julio

A medida que la violencia tanto en Gaza como Líbano se sale de control, los impulsos apocalípticos y nihilistas de prominentes neoconservadores tales como Michael Ledeen, David Horowitz y William Kristol ha salido finalmente a la luz pública. Aplauden la destrucción creciente y abogan por una intervención de Estados Unidos contra Siria e Irán, a quienes ven como los verdaderos poderes detrás de las provocaciones de Hezbolá y Hamas contra Israel.

Joel Mowbray de Human Events reporta que Israel enfrenta un "doble frente" de guerra contra un enemigo común, porque "tanto Hamas como Hezbolá reciben dinero de Irán, líderes de ambos reciben santuario en Siria, y ambos tienen un objetivo en común: la eliminación de judíos y el establecimiento de un estado islámico."

En American Spectator, Ben Stein pide que Israel bombardee Irán, se pregunta cómo "un judío americano podría siquiera considerar no apoyar a Bush", que expresó apoyo por Israel. Stein compara a los enemigos árabes de Israel con Hitler, Eichmann, y Stalin, y declara que su "maldad" no puede ser redimida ni rehabilitada. Michael Ledeen del National Review declara, "Nadie debería de tener dudas acerca de lo que ocurre en Medio Oriente. Es una guerra, y ahora ocurre desde Gaza hacia Israel, a través de Líbano y por tanto hacia Irak vía Siria."

Finalmente, con su sutileza acostumbrada, David Horowitz anuncia que "la guerra por el Medio Oriente es una guerra por la civilización." Los combatientes de esta guerra, declara Horowitz, son Al-Qaeda, Hamas, Hezbolá, Siria, e Irán, sus "aliados" Rusia, Francia, Grecia, y la "mayoría de la ONU" contra la "única democracia del Medio Oriente". Continúa diciendo que una "fuerza de ocupación civilizada" es necesaria para contener a los palestinos "genocidas" y declara que "el mundo no será un lugar seguro o decente sino hasta que los actuales regímenes de Gaza, el Banco Occidental, Siria e Irán se hayan ido."

Es fácil señalar la perturbadora naturaleza neocolonial de la retórica de Horowitz. Si ésta es realmente una "guerra por la civilización", y si una "fuerza de ocupación civilizada" es realmente necesaria, entonces uno debe asumir que los israelíes y los estadounidenses son los civilizados, y los árabes son salvajes irracionales, asesinos y engañosos que sólo entienden el lenguaje del rifle de asalto.

Mientras que todos los demás a lo largo del espectro político entran en pánico por la violencia que escala, Horowitz y los de su clase se ríen como brujas, frotan sus palmas y desean fervientemente que los fuegos de la guerra consuman al Medio Oriente en su totalidad. Ésta es la verdadera guerra que querían, una tormenta que derribará los regímenes de Siria e Irán, intimide a los palestinos, y haga temblar de miedo al resto de los árabes. El mismo Ledeen criticó los comentarios anti-guerra del ex consejero de seguridad nacional Brent Scowcraft en 2002 diciendo "Uno sólo puede esperar que convirtamos la región en un caldero, y más rápido, por favor. Si alguna vez existió una región que mereciera ser calderizada, es el Medio Oriente hoy en día."

No es sorprendente que los neoconservadores aboguen abiertamente porque Estados Unidos de América se una al creciente conflicto. Horowitz decalara que "esta es una guerra que todos los estadounidenses deben apoyar". El fundador del Weekly Standard William Kristol pide energéticamente un ataque contra Irán:

Lo que está bajo ataque (en el Medio Oriente) es la civilización democrática liberal, cuyo representante más distinguido justo ahora viene a ser Estados Unidos... (L)a respuesta correcta es fuerza renovada... apoyar a Israel (y) buscar cambio de régimen en Siria e Irán... (N)osotros podríamos considerar enfrentar este acto de agresión iraní con un ataque militar contra instalaciones nucleares iraníes.

Ledeen comparó la situación con Munich 1938:

¿No es éste el momento de ir tras los campos de entrenamiento terrorista en Siria e Irán? ¿Qué estamos esperando? ...(S)i vacilamos en esta ocasión, la siguiente será peor. ...La estabilidad es una ilusión. Chamberlain tuvo una opción entre el deshonor y la guerra. Escogió el deshonor y obtuvo la guerra de todos modos.

(...)

Uno se pregunta: ¿acaso estos patológicos neocones (y los patológicos sionistas) no se dan cuenta de que mientras más pronto llegue la guerra mundial que piden, más pronto va a haber un genocidio de árabes y de judíos en la región, y probablemente a nivel mundial? Yo pienso que probablemente sí se dan cuenta, pero no les importa. Psicópatas como son, no valoran la vida humana. Pero, ¿es que tampoco se dan cuenta de que dicha guerra amenazaría sus propias vidas y las de sus familias y amigos? ¿Por qué, entonces, siguen pidiendo una guerra mundial si ni siquiera desde un punto de vista meramente egoísta es deseable?

Lobaczewski, el psicólogo que analizó el proceso social que lleva a una sociedad a ser dominada por un grupo de personalidades psicopáticas, observó este curioso fenómeno. En su hambre de poder, los patócratas son capaces de crear las causas de su propia destrucción. ¿No es eso lo que le ocurrió a Hitler? Lobaczewski dice:

(Los psicópatas) no entienden que asegurarían una catástrofe. Los gérmenes no están conscientes de que serán quemados vivos o enterrados bajo tierra junto con el cuerpo humano cuya muerte están ocasionando.