Paren el Ruido

Un intento por escuchar el susurro de la verdad detrás del ruido de la mentira y la fantasía

miércoles, junio 29, 2005

Observaciones de Egipto II

¿Cómo hablar de Egipto sin hacer referencia a sus monumentos de la antigüedad? Aquí vamos, pues, con las humildes observaciones de un turista y algunas fotos que tomó aquí y allá.

Primera observación: Los bloques que constituyen la pirámide de Keops son más grandes de lo que parecen a distancia.



Segunda observación: Aunque comparto el asombro que todos sienten al enfrentarse ante tan grandes y bellos monumentos, también me da cierto horror pensar que tales obras hayan sido construidas con el principal propósito de subrayar el punto de que el faraón es íntimo de los dioses y que por lo tanto el pueblo debe someterse - esto si asumimos que todos los grandes monumentos de Egipto fueron construidos por los egipcios de la época faraónica, y abajo les explico por qué cabe cierta duda al respecto.

Karnak, de enormes magnitudes

Tercera observación: En el siguiente mural del templo de Luxor observamos a Amun-Re (o Amon-Ra) como dios de la fertilidad, en una postura sexual muy explícita. Según se me dijo, el individuo a su izquierda es Alejandro Magno en atuendo egipcio presentándole una ofrenda. Pero hay algo curioso...

Hagan clic sobre la imagen para verla mejor

Si prestan atención al centro de la foto, y si las pantallas de sus computadoras se lo permiten, quizá puedan distinguir lo que para mí es claramente un espermatozoide. El problema es que, según leemos aquí:

Robert Hooke (Freshwater, 18 de julio de 1635, Londres, 3 de marzo de 1702) fue un físico inglés. Estudió en el colegio de Westminster. En 1653 ganó una plaza en Oxford donde conoció a Robert Boyle de quien fue asistente. En 1660 formuló la teoría de la elasticidad que describe como un cuerpo elástico se estira de forma proporcional a la fuerza que se ejerce sobre él. En 1665 publicó el libro Micografía con numerosas observaciones microscópicas y telescópicas. Este libro contiene por primera vez la palabra célula. Hooke descubrió las células observando al microscopio una laminilla de corcho, dándose cuenta que tal laminilla estaba formada por pequeñas cavidades poliédricas que recordaban a las celdillas de un panal. Por ello cada cavidad se llamó célula. No supo demostrar lo que estas "celdillas" significaban como constituyentes de los seres vivos. Lo que estaba observando eran células muertas vegetales con su característica forma poligonal. [...]


Ahora estoy esperando que algún egiptólogo allá afuera me escriba para decirme que eso que yo interpreté como un espermatozoide no es tal, sino un símbolo sagrado asociado con tal o cual principio divino, y que el hecho de que se encuentre justo enfrente de un órgano sexual masculino es casualidad. Como quieran, pero a mí me cuesta mucho descartar las casualidades de un modo tan casual - valga la redundancia.

Cuarta observación: Muchos de los monumentos egipcios y de su arte se parecen mucho a lo que se encuentra en Mesoamérica. Por ejemplo:

La pirámide escalonada de Saqqara

Quinta observación: La esfinge está erosionada hasta el cuello por lo que parece ser el efecto del agua:



Sexta observación: El Templo del Valle, que se encuentra inmediatamente a la derecha de la Esfinge, está hecho de pesados bloques de piedra lisos y cortados con tal precisión que en algunos lugares embonan como piezas de un rompecabezas (un puzzle):



Estas últimas tres observaciones son importantes porque sugieren una historia de Egipto muy diferente de la que se acepta normalmente.

Uno de los primeros en poner en duda la versión oficial fue Graham Hancock, con su libro Fingerprints of the Gods [Huellas Dactilares de los Dioses].

En ruinas antiguas tan distanciadas unas de otras como la Gran Esfinge de Egipto, los extraños templos andinos de Tiahuanaco y las asombrosas pirámides del Sol y la Luna de México, [Hancock] revela no sólo las claras huellas dactilares de un pueblo desconocido que floreció durante la última glaciación, sino también inquietantes señales de gran inteligencia, sofisticación tecnológica y conocimiento científico detallado del cosmos siglos antes de cualquier civilización previamente conocida.

A través de los bancos de memoria de mito y leyenda universales - que almacena mucho de los registros prehistóricos de nuestra especia - Hancock descubre trazos de un lenguaje científico preciso, codificando los resultados de miles de años de exactas observaciones astronómicas. Estudia mapas antiguos, incorporando trigonometría esférica, mostrando cómo la tierra se habría visto hace 12,000 años - y con niveles de exactitud no alcanzados por nuestros propios cartógrafos hasta el siglo diecinueve. Finalmente, utiliza las más avanzadas técnicas de geología y astronomía para mostrar que las fechas convencionalmente aceptadas de una cantidad de intrigantes sitios arqueológicos alrededor del mundo no pueden ser posiblemente correctas y que deben ser consideradas mucho, mucho más viejas de lo que previamente se pensaba. [...]

Pero hay algo más, una advertencia quizá. Algunos de los asuntos mas perturbadores tratados por Fingerprints of the Gods concierne el tipo y el alcance de una catástrofe planetaria que tendría que ocurrir para borrar casi toda huella de una gran civilización. La evidencia para tal catástrofe, y efectivamente para más de una de ellas, es sorprendentemente fuerte. [...]


Uno de los argumentos de Hancock gira precisamente en torno a la erosión de la Esfinge, aparentemente por agua, que de acuerdo a estudios geológicos, la haría mucho más vieja de lo que se supone que es.

Confieso que yo no he leído aún a Hancock directamente, pero he leído sobre su trabajo citado en otras obras. Una de ellas es el excelente libro Secret History of the World, que trata en varios capítulos los enigmas de la antigüedad (ya les platiqué acerca de algunos de estos misterios aquí) y las catástrofes cíclicas, y del cual me gustaría citar un fragmento a continuación:

Vasijas de Piedra Egipcias

Tanto Graham Hancock como Colin Wilson dedican tiempo considerable a describir las maravillas de Egipto y la construcción de la pirámide en términos de las posibles técnicas de cortar la piedra con tal sorprendente precisión. Describen con cierto detalle el evento que llevó a la fraudulenta determinación de la fecha de la pirámide, misma que fue tomada por arqueólogos de corriente dominante que no pueden ahora repudiarla porque tienen demasiadas otras teorías y fechas ligadas a este error original. Lo que es interesante para nosotros aquí acerca de Egipto es un descubrimiento hecho por Flinders Petrie en la aldea de Naqada en 1893. Naqada está a 300 millas al sur de Cairo, y vasijas de cerámica y de piedra fueron descubiertas allí que fueron producidos por medio de alguna técnica que ha creado considerable controversia.

Parece ser que la cerámica de Naqada no tenía ninguna de las estrías que indicarían que fue hecha en un torno. Pero sin un torno de cerámica, es prácticamente imposible hacer vasijas "perfectamente redondas". ¡Pero esta cerámica era tan perfectamente redonda que era absurdo pensar que fue hecha a mano sin un torno! Petrie, por supuesto, situó la fecha de la cerámica en la 11a dinastía, alrededor del 2000 a.C., basándose en sus observaciones de artesanía, más que en ningún otro criterio. La cerámica era, sin embargo tan "no-egipcia" que llamó a los creadores "la Nueva Raza".

Petrie se enfrentó ante cierta dificultad cuando encontró más adelante algunos ejemplares de este mismo tipo de vasijas de piedra en tumbas de la Primera Dinastía datando de, según egiptólogos, alrededor del 3,000 a.C. En este punto, desechó las vasijas de Naqada de su cronología, prefiriendo ignorar lo que no podía explicar.

¿Crearon los naqadianos estos artefactos?

La gente de Naqada descendía de granjeros paleolíticos que comenzaron a cultivar cosechas en el norte de África alrededor del 5,000 a.C. Enterraban a sus muertos hacia el oeste, y parecían ser una cultura primitiva estándar. El único problema era: las vasijas. Las más sorprendentes de ellas eran "altos jarrones con cuellos delgados, largos y elegantes con finos interiores, incorporando brazos huecos". Incluso más sorprendente, parece que más de 30,000 de esas vasijas fueron encontradas bajo la Pirámide Escalonada de Zoser en Saqqara.

Christopher Dunn, un fabricante de herramientas, escribió un artículo titulado Maquinaria Avanzada en Egipto, donde nota:

Las millones de toneladas de roca que los egipcios sacaron de las canteras para sus pirámides y sus templos - cortando con tan soberbia precisión - revelan atisbos de una gran civilización que era técnicamente más avanzada de lo que generalmente se cree. Aunque se piensa que millones de toneladas de roca fueron cortadas simple herramientas de mano, como cinseles de cobre, hachas y mazos de madera, evidencia substancial muestra que este simplemente no es el caso. Incluso descontando el argumento de que el cobre endurecido para el trabajo no sería adecuado para cortar roca ígnea, la evidencia nos forza a mirar mejor, y más objetivamente, cuando explicamos las marcas de manufactura sobre el granito antiguo por antiguos artesanos de la piedra. [...]

Aunque a los egipcios no se les dio crédito por la rueda simple, las marcas de máquina que dejaron en el granito encontrado en Giza sugiere un grado mucho más alto de alcance técnico. Las conclusiones de Petrie en relación a sus habilidades mecánicas muestran el uso de la sierra recta, cierra circular, taladro de tubo, y sorprendentemente, incluso la moldeadora.

Naturalmente, los egiptólogos no hacen más que desacreditar y atacar tales puntos de vista, pero no son capaces de mostrar ninguna evidencia para sostener sus declaraciones, mientras que hay una creciente montaña de evidencia para respaldar la tecnología antigua. Una vez más, sugiero que se requiera de los egiptólogos tener un grado en ingeniería, así como más amplia educación en otros términos. Son los egiptólogos quienes parecen ser los árbitros fundamentales de nuestra historia, y una y otra vez, encontraremos que son los ciegos guiando a los ciegos.

Regresando a Dunn, él examinó bloques que habían sido ahuecados con algún tipo de taladro en el Templo del Valle en Giza. ¡Notó que las marcas del taladro que quedaron en los huecos muestran que cortaba en la piedra a una frecuencia de un décimo de pulgada por cada revolución del taladro!

¿Qué es tan sorprendente acerca de ello? Ocurre que tal frecuencia no puede ser alcanzada con la mano sin la aplicación de más de una tonelada de presión. ¡Y es obviamente absurdo considerarlo en términos de taladro manual! Dunn consultó con especialistas en maquinaria de taladro y se le informó que los mejores taladros que tenemos hoy en día, girando a una frecuencia de 900 revoluciones por minuto, pueden cortar en piedras similares a una frecuencia de un diezmilésimo de pulgada por revolución. ¿Conclusión? Los constructores de las pirámides y los creadores de las vasijas de piedra o tenían taladros que trabajaban 500 veces más rápido que los que tenemos hoy en día, o tenían un "secreto". Colin Wilson nos dice:

Otro aspecto del problema comenzó a proveer a Dunn de una esperanza de una solución. Un hoyo taladrado en la roca que era mezcla de cuarzo y feldespato mostró que el "taladro" había cortado más rápido a través del cuarzo que el feldespato, aunque el cuarzo es más duro que el feldespato. La solución que sugiere suena casi más allá de lo creíble. Señala que maquinaria ultrasónica moderna utiliza una herramienta que depende de la vibración. [...]

Los cristales de cuarzo son utilizados en la producción de sonido ultrasónico, y a cambio, responden a vibraciones ultrasónicas. Esto explicaría por qué el "taladro" cortó más rápido a través del cuarzo que el feldespato.

Lo que se está sugiriendo suena, hay que admitir, absurdo: que los egipcios tenían algún tipo de fuerza tan poderosa como nuestra electricidad moderna, y que esta fuerza estaba basada en el sonido.

Como Wilson y Hancock señalan, esta explicación va hacia explicar las vasijas con cuellos de cisne que están ahuecadas a partir de materiales tan duros y quebradizos. También señala cuán avergonzado habría estado Petrie de saber que vasijas similares han sido sacadas del estrato fechado como 4000 a.C. cuando Egipto estaba supuestamente ocupado por nómadas en tiendas.

Pero es cierto aún tenemos el hecho de que había nómadas en tiendas en este punto, y la única solución que puedo ver es que éstas gentes eran sobrevivientes de un evento cataclísmico, y que continuaron utilizando lo que fuera que pudieron encontrar de su civilización perdida. De este modo, vasijas y otros artefactos, recuperados de las ruinas, habrían sido encontrados en cualquier cantidad de "estratos" donde cayeron después de tal evento. Parece ser que estas vasijas podrían ser evidencia de que la "Nueva Raza" de Petrie era anterior al Egipto faraónico por miles de años. [...] [Laura Knight-Jadczyk, Secret History of the World]


Una vez más digo: qué poco sabemos de nuestro pasado. Y de nuestro futuro.


2 Comments:

  • At 9:04 p.m., Blogger Enigma said…

    Interesante aunque estoy seguro de algo, ninguna fuerza extraña tuvo que ver en la civilzacion Egipcia para que desarrollaran cierta expresion artesanal o maravillas arquitectonicas, fueron aventajados a su tiempo, que ni que, pero de a cuestiones extrañas... lo dudo.

    Chistoso lo del esperma.

    El Enigma
    Nox atra cava circumvolat umbra

     
  • At 12:54 p.m., Blogger Don Calladito said…

    Bueno, el punto de los autores que cito arriba no es que los egipcios hubieran tenido ayuda de alguna "fuerza extraña" como OVNIs o fenómenos paranormales (me imagino que a eso te refieres). Su idea es que los primeros pobladores del Egipto que conocemos fueron sobrevivientes de una civilización todavía más antigua que habría tenido un final catastrófico, por lo que conservaban algunas herramientas o conocimientos científicos, y quizá incluso algunos monumentos.

    Como comenté aquí, la especie humana ha estado sobre la Tierra por tiempo suficiente para crear y destruir civilizaciones enteras sin dejar rastro. Y no hay ninguna razón para pensar que no pudieran tener tecnología tan buena como la nuestra. Suponiendo que mañana hubiera una devastadora guerra nuclear ¿cómo se vería nuestro planeta dentro de cinco o diez mil años? Tal vez como el antiguo Egipto.

    En cuanto a la existencia de "fuerzas extrañas", yo soy de la opinión de que son reales, según muestra la evidencia, y de que intervienen en las cuestiones humanas. Pero ese es otro tema.

    Gracias por los comentarios.

     

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