La cajita que adivina

Ya que hemos estado discutiendo la posibilidad de ver el futuro, permítanme preguntarles: ¿se acuerdan de Merlín? Me refiero a ese proyecto que utiliza un programa de computadora para detectar patrones universales y así predecir el porvenir. Si realmente funciona o no, lo ignoro (aunque aseguran que sí), pero el simple hecho de que se plantee la cuestión me parece ya bastante interesante.

Bueno, pues Merlín no es el único en su género:

¿Puede esta caja negra ver el futuro?

En lo profundo del sótano de una polvorienta biblioteca universitaria en Edimburgo yace una pequeña caja negra, más o menos del tamaño de dos paquetes de cigarros lado a lado, que produce abundantes números al azar que aparecen sin fin.

A primera vista es una pieza de equipo sin nada fuera de lo normal. Encapsulada en metal, contiene en su corazón un microchip no más complejo que los que se encuentran en las calculadoras de bolsillo modernas.

Pero, de acuerdo a un creciente grupo de científicos de punta, esta caja tiene poderes bastante extraordinarios. Es, aseguran, el "ojo" de una máquina que parece capaz de mirar hacia el futuro y predecir grandes eventos mundiales.

La máquina aparentementes percibió los ataques del 11 de septiembre en el Centro Internacional de Comercio cuatro horas antes de que ocurrieran - pero en el ánimo afiebrado de las teorías conspiratorias de ese entonces, las declaraciones fueron rápidamente derribadas por los escépticos. Pero en diciembre pasado, también pareció predecir el tsunami asiático justo antes del maremoto profundo que precipitó la épica tragedia.

Ahora, incluso quienes dudaban están reconociendo que hay una pequeña caja con poderes aparentemente inexplicables.

"Es una cosa explosiva", dice el Dr. Roger Nelson, investigador emérito en la Universidad de Princeton en los Estados Unidos, quien está encabezando el proyecto de investigación tras el fenómeno de la "caja negra".

"Estamos en una etapa muy temprana en el proceso de tratar de entender qué es lo que está pasando. En este momento estamos caminando en la oscuridad". Las investigaciones del Dr. Nelson, llamados el Proyecto de Conciencia Global, fueron originalmente albergados por la Universidad de Princeton y están centrados en uno de los más extraordinarios experimentos de todos los tiempos. Su fin es detectar si toda la humanidad comparte una sola mente subconsciente a la cual todos nos podemos conectar sin darnos cuenta.

Y las máquinas como la caja negra de Edimburgo han abierto una excitante posibilidad: que los científicos hayan descubierto sin quererlo un modo de predecir el futuro.

Aunque muchos considerarían los fines del proyecto como poco más que una búsqueda insensata, aun así ha atraído a una lista de 75 científicos respetados de 41 naciones diferentes. Investigadores de Princeton - donde Einstein pasó mucho de su carrera - trabajan al lado de científicos de universidades en Gran Bretaña, Holanda, Suiza y Alemania. El proyecto es también el más riguroso y de mayor tiempo de investigación que se ha hecho acerca de los poderes potenciales de lo paranormal.

"Muy a menudo los fenómenos paranormales se evaporan si los estudias por tiempo suficiente", dice el físico Dick Bierman de la Universidad de Amsterdam "Pero esto no está pasando con el Proyecto de Conciencia Global. El efecto es real. La única disputa es acerca de lo que significa." El proyecto tiene sus raíces en el extraordinario trabajo del Profesor Robert Jahn de la Universidad de Princeton durante los finales de los 1970s. Él fue uno de los primeros científicos modernos en tomar los fenómenos paranormales en serio. Intrigado por cosas tales como la telepatía, la telequinesis - el supuesto poder psíquico de mover objetos sin el uso de la fuerza física - y la percepción extrasensorial, estaba decidido a estudiar los fenómenos utilizando la tecnología más moderna que le era accesible.

Una de estas tecnologías era una caja negra de apariencia humilde conocida como un Generador de Evento Aleatorio (GEA). Éste utilizaba tecnología de computadora para generar dos números - un uno y un cero - en una secuencia totalmente aleatoria, algo así como un tirador de monedas electrónico.

El patrón de unos y ceros - "cara" o "cruz" como sería - podía ser entonces impreso en una gráfica. Las leyes de la probabilidad dictan que los generadores deberían producir igual número de unos y ceros - lo que sería representado por una línea casi plana en la gráfica. Cualquier desviación de este número igual se muestra como una curva levemente elevada.

Durante finales de los 1970s, el Prof Jahn decidió investigar si el solo poder del pensamiento humano podía interferir de algún modo con las lecturas normales de la máquina. Trajo desconocidos de la calle y les preguntó que concentraran su mente en este generador de números. En efecto, les estaba pidiendo que trataran de obtener más caras que cruces.

Era una idea absurda en ese entonces. Los resultados, sin embargo, fueron sorprendentes y nunca han sido explicados satisfactoriamente.

Una y otra vez, gente completamente ordinaria probaba que sus mentes podían ejercer influencia en la máquina y producir fluctuaciones significativas en la gráfica, "forzándola" a producir números diferentes de "caras" o "cruces".

De acuerdo a todas las leyes conocidas de la ciencia, esto no debió de haber ocurrido - pero lo hizo. Y siguió ocurriendo.

El Dr. Nelson, también trabajando en la Universidad de Princeton, extendió entonces el trabajo del Prof Jahn llevando máquinas de números aleatorios a meditaciones grupales, que eran muy populares en Estados Unidos en ese entonces. Otra vez, los resultados dejaron a todos con los ojos abiertos. Los grupos fueron capaces de causar cambios dramáticos en los patrones de números.

A partir de ahí, el Dr. Nelson quedó cautivado.

Utilizando el internet, conectó hasta 40 generadores de evento aleatorio de todo el mundo a su computadora de laboratorio en Princeton. Éstas corrían constantemente, día tras día, generando miles de diferentes piezas de datos. La mayor parte del tiempo, la gráfica resultante en su computadora pareció más o menos como una línea plana.

Pero luego en septiembre 6, 1997, algo realmente extraordinario ocurrió: la gráfica saltó hacia arriba, registrando un súbito y masivo cambio en el número de secuencia a medida que sus máquinas alrededor del mundo comenzaron a reportar grandes desviaciones de la norma. Ese día fue de importancia histórica por otra razón también.

Porque fue ese mismo día en que un estimado de mil millones de personas alrededor del mundo vieron el funeral de Diana, Princesa de Gales, en la Abadía de Westminster.

El Dr. Nelson estaba convencido de que los dos eventos debían estar relacionados de algún modo.

¿Habría detectado un fenómeno totalmente nuevo? ¿Podría el despliegue emocional concentrado de millones de personas haber influenciado los resultados de sus GEAs? Sí fue así, ¿cómo?

El Dr. Nelson no podía explicarlo.

Así que en 1998 junto a científicos de todo el mundo para analizar sus hallazgos. También ellos quedaron perplejos y determinaron extender y profundizar el trabajo del Prof Jahn y del Dr. Nelson. Nació el Proyecto de Conciencia Global.

Desde entonces, el proyecto se ha expandido masivamente. Un total de 65 Huevos (como han sido llamados los generadores) en 41 países han sido reclutados para actuar como "ojos" del proyecto.

Y los resultados han sido sorprendentes e inexplicables en igual medida.

Porque durante el experimento, los Huevos han "sentido" toda una serie de eventos mundiales a medida que ocurrían, desde el bombardeo de la OTAN sobre Yugoslavia a la tragedia del submarino Kursk y la elección de EU en 2000.

Los Huevos también detectan regularmente grandes celebraciones globales, como el Año Nuevo.

Pero el proyecto dejó su más grande enigma el 11 de septiembre, 2001.

Mientras el mundo se detenía a mirar con horror los ataques terroristas que se desarrollaban en Nueva York, algo extraño pasaba con los Huevos.

No sólo habían registrado los ataques según iban ocurriendo, sino que el cambio característico en el patrón de los números había empezado cuatro horas antes de que los dos aviones golpearan las Torres Gemelas.

Habían, aparentemente, detectado que un evento de importancia histórica estaba a punto de ocurrir antes de que los terroristas hubieran siquiera abordado sus vuelos. [...]

Aquí tienen el vínculo a la página del Proyecto de Conciencia Global.

El de arriba es un buen ejemplo de lo que debería de ser la ciencia: una búsqueda expansiva y creativa de nuevas fronteras que cambie nuestro modo de ver las cosas. Precisamente las cosas que escapan a toda explicación convencional - las anomalías - son las que deberían ocupar la mayor parte de la investigación en cualquier terreno de conocimiento, porque son las que potencialmente ofrecen mayor información nueva.

Pero por desgracia, la mayoría de los representantes del mundo científico se empeñan en defender a toda costa las explicaciones más cuadradas y cerradas, y en lugar de investigar se dedican a forzar los hechos del mundo a sus paradigmas previamente establecidos. Así funciona la tan extendida religión del materialismo, que asegura que lo que no podemos golpear con un martillo no existe. Para ellos, las anomalías - como los fenómenos psíquicos o los OVNIs - siempre son producto de bromas o mentes enfermas. ¿Por qué? Porque si aceptan algo que no se ajuste a su acartonada religión materialista, entonces tendrían que dejar de lado sus creencias y aceptar cuestiones inmateriales o espirituales, y eso les traería muchas horas de dar vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño.

Así, por ejemplo, entre los predicadores de la religión del materialismo tenemos a Richard Dawkins, promotor de las ideas del "gen egoísta" y de los "memes"; o a
Roderich Tumulka, físico investigador de la Universidad de Tübingen, que opina que

Los fenómenos paranormales no existen. La magia, la brujería, la lectura de la mente, la clarividencia, la curación por medio de la fe y prácticas similares no funcionan y nunca han funcionado. Hay una diferencia crucial entre si nos imaginamos rodeados por seres sobrenaturales y ocurrencias o si en lugar de eso nos vemos a nosotros mismos en un mundo que la ciencia nos puede ayudar a entender. [...]

Qué poca humildad. Sólo porque no entiende lo paranormal no le da derecho a descalificarlo sin siquiera intentar investigarlo. Para civilizaciones con menor desarrollo científico, los logros de la ciencia parecen magia. Quizá lo que para nosotros hoy es magia será en el futuro considerado una verdad científica.

Por el otro lado, hay científicos como el Dr. Arkadiusz Jadczyk, experto en Teoría Cuántica, que entienden que

[...] lo que sabemos, nuestra "ciencia" actual, no es siquiera la punta del iceberg de lo que podría ser conocido o incluso de lo que ES sabido en ciertos círculos. Sabemos muy poco y entendemos incluso menos. Estamos tan restringidos en nuestra percepción, nuestras habilidades de pensamiento, que podemos ver y procesar sólo un lado de una realidad multi-facética; e incluso así, con mucha distorción. Algunos de nuestros conceptos son buenos y objetivos, otros son de mala calidad y subjetivos. Pero incluso los que son sólidos y objetivos (como átomos, luz, energía), incluso estos los entendemos sólo parcialmente, con mucho más velado para nosotros debido, según parece, a nuestra propia restricción genética.

Así que yo creo que la Realidad es multi-facética y multi-nivelada y estamos experimetando conscientemente sólo uno (o pocos) de los niveles existentes y/o facetas. La Realidad multi-nivelada y multi-facética incluye: muchos mundos, muchos reinos, universos paralelos y perpendiculares, dimensiones superiores, niveles superiores de inteligencia y percepción, y muy probablemente una conciencia de la cual no podemos siquiera concebir. [...]

No todo está perdido para la Ciencia.


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