Paren el Ruido

Un intento por escuchar el susurro de la verdad detrás del ruido de la mentira y la fantasía

viernes, abril 28, 2006

El Gran Decididor

Probablemente se fijaron en las recientes palabras del patócrata en jefe de Washington:

Presionado para contestar a críticos que dicen que está ignorando el consejo de respetados ex comandantes militares (que piden la renuncia de Donald Rumsfeld como secretario de Defensa de E.U.), Bush apoyó vigorosamente a Rumsfeld.

"Escucho todas las voces, pero la mía es la decisión final," dijo. "Y Don Rumsfeld está haciendo un buen trabajo. No sólo está transformando el ejército, está peleando una guerra contra el terror. Tengo una gran confianza en Don Rumsfeld.


Echen un vistazo aquí y acá para el resultado del "buen trabajo" de Rumsfeld.

"Escucho las voces, y leo la primera plana, y conozco la especulación. Pero yo soy el decididor, y yo decido lo que es mejor. Y lo que es mejor es que Don Rumsfeld permanezca como secretario de defensa."


Por un momento cayó la máscara de la cordura, revelando el fondo absolutamente egoísta y egocéntrico del interior del psicópata.

¿Se fijaron que el Gran Decididor no se molesta en abrir los periódicos? No, él, como a fin de cuentas tiene la decisión final y va a hacer lo que le venga en gana, sólo mira la primera plana. ¡No tiene necesidad de informarse! ¿Para qué, si ni le importa? ¡Mucho menos le importa el sufrimiento que su Secretario de Defensa está ocasionando sobre gente inocente!

Un estudiante le hizo una pregunta al Gran Decididor:

P. Gracias, Sr. Presidente. Es un honor tenerlo aquí. Soy un estudiante de primer año de estudios del sur de Asia. Mi pregunta es en relación a los contratistas militares privados. El Código Uniforme de Justicia Militar no aplica a estos contratistas en Irak. Le pregunté a su secretario de Defensa hace un par de meses qué leyes gobiernan sus acciones.


Muy buena pregunta. ¿Quién regula las acciones de los mercenarios? Y la respuesta del Gran D.:

EL PRESIDENTE: Se lo iba a preguntar. Adelante. (Risas.) Ayuda. (Risas.)

P. Yo esperaba que su respuesta fuera un poco más específica. (Risas.) El Sr. Rumsfeld contestó que Irak tiene sus propias leyes domésticas que él asumió aplicaban a esos contratistas militares privados. Sin embargo, Irak claramente es actualmente incapaz de hacer respetar sus leyes, mucho menos contra - sobre nuestros contratistas militares estadounidenses. Yo le diría que en este caso, es un caso en que la privatización no es una solución. Y, Sr. Presidente, ¿cómo propone llevar a contratistas militares bajo un sistema legal?

EL PRESIDENTE: Aprecio eso mucho. No estaba bromeando - (risas.) Iba a - levantar el teléfono y decir, Sr. Secretario, tengo una pregunta interesante. (Risas.) Esto es lo que delegar - no crean que estoy evadiendo la pregunta, aunque es más bien conveniente en este caso, pero nunca - (risas.) Realmente voy a - voy a llamar al secretario y decirle que hiciste una pregunta muy válida, ¿y qué vamos a hacer al respecto? Así es como trabajo. Estoy - gracias. (Risas.)


Un punto que queda en evidencia es que, como escribe Dave Neiwert, el uso de mercenarios es un modo que utiliza el gobierno de E.U. para evadir la ley. Sería interesante preguntarnos aquí en qué otras instancias repite la patocracia ese nefasto patrón: pagarle a alguien para hacer el trabajo sucio.

El otro punto es que, una vez más, el Gran D. se quitó la máscara y dejó ver su absoluta irresponsabilidad e inmoralidad.

Un psicópata (a veces un término intercambiable por el de sociópata) se describe más o menos así:


Imagine - si puede - no tener una conciencia, ninguna en absoluto, ningún sentimiento de culpa o de remordimiento, sin importar lo que haga, ningún sentido de preocupación por el bienestar de gente ajena, amigos, o hasta miembros de su familia, que pueda limitarlo. Imagine no vivir ninguna lucha contra la vergüenza, ni siquiera una en toda su vida, sin importar qué clase de acción egoísta, perezosa, dañina o inmoral usted haya realizado.

Y finja que el concepto de responsabilidad le es desconocido, excepto como una carga que otros parecen aceptar sin discutir, como tontos crédulos.

Ahora agregue a esta fantasía extraña la capacidad de esconderle a la gente que su psicología es radicalmente diferente a la suya. Puesto que todos asumen simplemente que la conciencia es universal entre seres humanos, ocultar el hecho de que usted no tiene conciencia no necesita casi ningún esfuerzo de su parte.

No es frenado de ninguno de sus deseos por culpabilidad o vergüenza, y otros nunca lo enfrentan por su sangre fría. El agua congelada en sus venas les es tan extraña, tan totalmente fuera de su experiencia personal, que raramente llegan a conjeturar siquiera sobre su condición.

En otras palabras, usted está totalmente libre de restricciones internas, y su libertad desenfrenada para hacer lo que le apetezca, sin remordimientos de conciencia es, favorablemente para usted, invisible al resto del mundo.

Usted puede hacer cualquier cosa, y así y todo su extraña ventaja sobre la mayoría de la gente, que está alineada por sus conciencias, seguirá muy probablemente sin ser descubierta.

¿Como vivirá usted su vida?

¿Qué hará con su ventaja enorme y secreta, y con la incapacidad correspondiente de la gente (conciencia)?

La respuesta dependerá en gran parte de tan sólo lo que sus deseos terminen siendo, porque no toda la gente es igual. Incluso los extremadamente inescrupulosos no son todos iguales. Alguna gente – así tengan o no una conciencia - honran la tranquilidad de la inercia, mientras que otras se llenan de sueños y de ambiciones salvajes. Algunos seres humanos son brillantes y talentosos, algunos son poco despiertos, y la mayoría, con o sin conciencia, se encuentran en algún lugar en medio. Hay gente violenta y no violenta, individuos a quienes los motiva el ansia de la sangre y otros que no tienen tal apetito. [...]

Siempre y cuando no lo paren por la fuerza, usted puede hacer todo lo que quiera.

Si nace en el momento correcto, con un cierto acceso a alguna riqueza familiar, y poseyendo un talento especial para avivar el odio de la gente y el sentido de la pérdida, se las puede arreglar para matar a una gran cantidad de gente que ni lo sospeche siquiera. Con bastante dinero, usted puede lograr esto a distancia, y descansar con confianza observando todo con satisfacción. [...]


Cualquier semejanza con el Gran D. no es mera coincidencia.