Un brasileño, varios turistas y muchos musulmanes

Ellos son las más recientes víctimas de la "guerra contra el terrorismo".

Resulta que el pobre brasileño que la policía inglesa asesinó con cinco balazos en la cabeza en el metro de Londres era culpable, efectivamente, del grave delito de portar un abrigo grueso en clima tibio, y de nada más. Scotland Yard lo lamentó muchísimo, se disculpó y después hizo el favor de aclarar que la nueva política de disparar a matar y hacer preguntas después va a continuar, porque, de acuerdo al alcalde de Londres, se trata de "proteger las vidas de la gente". ¿Quedó claro?

Si no están de acuerdo con el procedimiento, quéjense con los israelís, que fueron quienes inspiraron a los ingleses en esta técnica tan eficiente... (para mandar a la tumba o callar a disidentes y enemigos, hay que añadir).

Y si esta lógica les parece errónea, como me lo parece a mí, veamos ahora el nuevo ataque del fantasmagórico y omnipresente "al-Qaeda", que mató a más de 80 personas en el sitio turístico de Sharm El Sheikh, en el Mar Rojo, en un día de fiesta nacional en Egipto. Aunque muchos medios occidentales se esforzaron por interpretarlo como un ataque contra turistas europeos, la realidad es que de los ochenta y tantos muertos, más o menos unos ochenta eran egipcios musulmanes. Cosa extremadamente curiosa, dado que la imposible de verificar (típico) y dudosa declaración vía Internet de "un grupo ligado a al-Qaeda" señaló que el ataque era una

[...] respuesta contra los malévolos poderes globales que están derramando la sangre de musulmanes en Iraq, Afghanistán, Palestina y Chechenia. [...]

¿O sea que la respuesta al derramamiento de sangre de musulmanes fue derramar más sangre de musulmanes? Obviamente que eso no tiene ningún sentido, y la estupidez de los operativos de "al-Qaeda" de asesinar musulmanes en su "guerra contra occidente" contrasta enormemente con la gran astucia y profesionalismo que muestran para llevar a cabo complejos actos de terrorismo sin ser capturados. No tiene sentido, a menos que - una vez más - no estemos tratando con terroristas musulmanes, sino con las agencias de inteligencia de las potencias del mundo que nos quieren hacer creer que es así.

¿Cuál será el fin? Como escribe Kurt Nimmo:

Toda esta programación implacable contra los musulmanes seguirá creciendo durante las siguientes semanas y meses y culminará en una respuesta obvia (diseñada por los neoconservadores): guerra total contra el Islam. Por supuesto, antes de que esto pueda ocurrir, es necesario que ocurran uno o dos "bombazos suicidas" en los Estados Unidos. Después de eso, todos (o casi todos) estarán en el mismo canal.

Y mientras la "guerra contra el terrorismo" (léase: guerra contra el mundo árabe y las libertades civiles del resto del planeta) sigue su marcha a pasos acelerados, las contradicciones generadas por tantas mentiras vuelan bajo las narices de la población, siempre tan ocupada en ver el fútbol y las telenovelas en lugar de prestar atención a lo que ocurre a su alrededor.

Entre las nuevas contradicciones, Rense notó que de acuerdo a un testigo de las explosiones del 7/7,

"El policía [que lo esaba ayudando a salir del vagón] dijo "cuidado con el hoyo, allí es donde estaba la bomba". El metal fue empujado hacia arriba como si la bomba hubiera estado debajo del tren. Parece que creen que la bomba fue dejada en una bolsa, pero yo no recuerdo a nadie donde estaba la bomba, ni ninguna bolsa", dijo.

Lo que evidentemente quiere decir que no se trató de terroristas suicidas, ni de bombas abandonadas casualmente por algún pasajero, sino de bombas instaladas abajo del vagón. Lo que implica que se trató de una operación mucho más sofisticada de lo que nos quieren hacer creer. (Si la memoria no me falla, recuerdo haber visto en alguna página un análisis de las imágenes de los trenes de Madrid donde también se observaba el metal doblado del piso hacia arriba. Debo buscarlo.) ¿Cómo hicieron estos hábiles terroristas para instalar la bomba bajo el vagón; esa bomba que, según nos dicen las autoridades, fue fabricada caseramente con peligrosísimo perfume?

Tenemos, además, el caso del adolescente que tenía el mismo nombre de uno de los "bombarderos" del 7/7, y cuya foto fue publicada en los diarios como prueba de que el "bombardero" en cuestión viajó a Pakistán, probablemente para entrenarse en las oscuras artes del terrorismo internacional, según se nos sugiere. (Un agradecimiento a quien dejó la liga a esta información en los comentarios.) Este caso no sólo muestra que los propagandistas nos piensan tan distraídos y dormidos que no se molestan en pulir los detalles de sus mentiras, sino que trae a la mente a los sorprendentes terroristas suicidas del 9/11 que, desafiando las leyes de la naturaleza, siguen vivos.

Vivimos en un mundo vuelto loco, sin duda.

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