Paren el Ruido

Un intento por escuchar el susurro de la verdad detrás del ruido de la mentira y la fantasía

martes, marzo 29, 2005

Todo es mentira, la verdad.

Todo es mentira, ¿por qué será?

Así cantaba Manu Chao.

La mentira en nuestro redondo mundo es tan común como respirar, o como el color gris en un día nublado. Gurdjieff lo pone en boca de Belcebú de la siguiente manera:

[...] Es importante notar al respecto que esa dualidad [entre consciente y subconsciente] es igualmente causa de que [la presencia de los seres humanos] haya perdido poco a poco el impulso, indispensable a los seres tri-cerebrales [de acuerdo a Gurdjieff los seres humanos somos "tri-cerebrales": intelecto, emociones y movimiento], que lleva el nombre de "sinceridad".

Más tarde, el hábito de reprimir intencionalmente ese impulso eseral llamado "sinceridad" hasta hechó raíces en ellos, y los seres tri-cerebrales de allá [la Tierra], desde el día de su "nacimiento", están acostumbrados por sus productores, o según la expresión de ellos, por sus "padres", a un impulso absolutamente contrario, que es la "falsedad".

Enseñar y sugerir a sus propios hijos la ciencia de engañar a los demás, y ser mentirosos en todo, hasta se eleva en los seres del planeta Tierra de los tiempos actuales a la conciencia de un deber; es precisamente eso lo que ellos designan con el famoso nombre de "educación".

"Educan" a sus hijos a nunca poder, ni aun osar manifestarse según la dirección instintiva de su "conciencia moral", y a no hacer sino lo que está indicado en los manuales llamados de "bon ton", ordinariamente inventados allá [...] [Gurdjieff, Relatos de Belcebú a su Nieto, volúmen I, p. 313]

Son tantas y tan grandes las mentiras que nos comemos a diario que nos sorprendemos cuando alguien nos recuerda la sencilla verdad de que estamos enfermos de mentira, o fingimos que eso no aplica a nosotros.

Con estos tristes pensamientos me pregunto cuántas personas sintieron sorpresa al leer esto:

Los políticos mienten, admiten - por una cantidad de razones

Por Miles Benson
Servicio de Noticias Newhouse

Washington - A más de 227 años en su democracia, los estadounidenses han llegado a desconfiar de sus líderes políticos y a sospechar de ellos de mentir mucho.

Algunos políticos dicen que el público está muy en lo cierto.

Hay muchas explicaciones para las mentiras, que van desde el pleno interés personal a la línea filosófica de razonamiento de que cierto grado de engaño es esencial para el liderazgo efectivo, de acuerdo a estudiosos de ciencia política y algunos de sus practicantes.


¡No hacía falta preguntar a los políticos si mienten; hasta un simplón como yo se los hubiera podido decir!

"En un nivel de debilidad individual, los políticos muy a menudo caen víctimas de un deseo de complacer, y por lo tanto presentan posiciones contrarias a bandos que difieren, y es a partir de esta dinámica que la mayoría de los problemas de decir la verdad surgen", dijo el representante James A. Leach de Iowa, quien ha servido en el Congreso por más de 27 años.


E incluso aquí el Señor Leach no es completamente fiel a la verdad. Su uso de las palabras "caen víctimas" sugiere que su profesión los orilló irremediablemente a hacer uso de mentiras, y que por lo tanto no tienen la culpa. Además, no es su "deseo de complacer" lo que los hace mentir, sino su deseo de poder, su egoísmo, y su menosprecio por la gente. Tampoco se trata de "problemas de decir la verdad", ¡el problema es decir mentiras! A las cosas hay que llamarlas por su nombre.

"Mentir y su primo cercano, manipular la verdad [spinning], son fácilmente racionalizadas cuando el poder está en juego y las carreras personales en peligro."

Tanto demócratas como republicanos tienden a sobre-simplificar realidades complicadas, y eso, también, es un modo de engaño, dijo el representante Robert Masui, de California, director del Comité de Campaña Demócrata del Congreso.

"Es más fácil hablar en absolutos que con ambigüedad", dijo Matsui. "Creo que ocurre ahora más que en el pasado. Los políticos lo hacen ahora sin vergüenza. Creen que está justificado. La gente quiere que seas firme."

La distorción es recompensada.

"Si eres muy provocativo, es más probable que te llamen para uno de estos espectáculos de TV y obtienes más atención", dijo Matsui.

La mayoría de las mentiras polítcas son acerca de asuntos de aplicación de políticas.

"Los políticos describen sus posiciones regularmente como asuntos de principio cuando son en realidad concesiones a presiones de intereses especiales", dijo Tim Penny, un ex representante demócrata de Minnesota con gran reputación de honestidad.

Los políticos también mienten "porque nosotros queremos", dijo Penny. "Decimos que no queremos que los políticos nos engañen, pero realmente no queremos esuchar la verdad. Si dicen la verdad, van a ser castigados más a menudo".


He aquí una prueba de que estamos adictos a la mentira: realmente no queremos escuchar la verdad. Quien diga que no tiene el más mínimo problema en aceptar toda la verdad se miente a sí mismo, y de entre las mentiras, las peores son las que nos decimos a nosotros mismos.

A veces los políticos mienten inconscientemente, dijo el ex líder de la mayoría de la Cámara de Representantes Richard Armey, de Texas, que admite que el entusiasmo, impulso y devoción de partido ocasionalmente lo llevaron por arriba de la frontera de la verdad.

"He estudiado este negocio de la mentira por años", Armey dijo a un grupo de reporteros en un desayuno poco antes de que se retirara del Congreso el año pasado. "Los mejores mentirosos son los tipos que se convencen a sí mismos antes de tratar de convencer a alguien más."


O sea, los mejores exponentes del "negocio de la mentira" son quienes más se mienten a sí mismos.

Incluso hay evidencia científica que correlaciona el comportamiento mentiroso con cualidades de liderazgo. Un estudio de 1993 realizado por psicólogos de la Universidad Colgate encontró que los mejores mentirosos entre los niños de pre-escuela emergieron como líderes durante periodos de juego.

Caroline F. Keating, quien ayudó a diseñar y conducir la investigación, también estudió a adultos y llegó a la conclusión de que "los líderes son los mejores engañadores". [...]

Sissela Bok, filósofa de Harvard, quien ha estudiado y escrito extensivamente sobre el tema, dijo que los políticos a menudo declaran tener una base ética para engañar deliberadamente al público:

"Argumentan que objetivos vitales en el interés nacional requieren cierta medida de engaño para tener éxito ante poderosos obstáculos. Las negociaciones deben ser llevadas a cabo mejor ocultas del escrutinio público; los tratos deben ser hechos de tal modo que simplemente no puedan ser comprendidos por un electorado poco sofisticado. Cierta cantidad de ilusión es necesaria para que los servidores públicos sean efectivos". [...]
Lo cual no es más que otra mentira más.

O como dijo Gurdjieff: "ser mentirosos en todo, hasta se eleva en los seres del planeta Tierra de los tiempos actuales a la conciencia de un deber".