Teorías de la Conspiración II

Debo añadir un par de comentarios.

Antes que nada, quiero recomendarles este artículo escrito por Gerard Holgrem, cuyo tono me sirvió de inspiración para escribir los últimos párrafos de ayer. Está en inglés, pero confío que los traductores en línea hagan un buen trabajo si lo necesitan.

Además, quiero ahondar un poco en la mentalidad de quienes rechazan a priori la posibilidad de la conspiración. Como decía ayer, estas personas suelen concentrar sus ataques en quienes examinan con seriedad tales teorías, y nunca en los hechos o argumentos. ¿Por qué? No se me ocurre otra razón más que la de que estas personas asumen que el mundo es transparente, que los secretos, las mentiras y los juegos de poder son absurdos e imposibles; y que son incapaces de poner en tela de juicio esta suposición. La historia, sin embargo, está plagada de ejemplos que contradicen esta ilusión. Más aun, podría decirse que los comunes denominadores de las relaciones humanas son el secreto, la mentira y los juegos de poder. En cada hogar, en cada familia, en cada organización, las personas ocultan verdades incómodas, mienten y manipulan para salirse con la suya. ¿Entonces por qué nos extraña que lo mismo ocurra a gran escala?

Desgraciadamente a la palabra "conspiración" se le ha atado la de "teoría", implicando así que toda conspiración pertenece sólo al terreno de la especulación, y nunca al de la realidad. Cosa curiosa cómo se utiliza la palabra "teoría", porque hay otras que son reconocidas prácticamente como verdades indiscutibles. La Teoría de la Relatividad de Einstein, o la Teoría de la Evolución de las Especies de Darwin no han sido probadas bajo los criterios del método científico; sin embargo, pocos son quienes se atreven a contradecirlas (aunque los hay, especialmente en el terreno de la física teórica), y es casi una cuestión de prestigio saber mucho de ellas y apoyarlas.

No ocurre así con las "teorías de la conspiración". John Laughland escribe en una revista de Inglaterra:

Creer en teorías de la conspiración es un poco como haber estado en una escuela de gramática: ambas son socialmente incómodas de admitir. Aunque una vez me senté junto a una cuñada del Duque de Norfolk que estuvo de acuerdo en que no puedes creer todo lo que lees en los periódicos, las teorías de la conspiración son generalmente consideradas una forma de vida intelectual inferior más bien repelente, y sus teóricos correctamente el objeto de la burla y la pedantez. Escribiendo en el Daily Mail la semana pasada, la columnista Melanie Phillips incluso atacó a las teorías de la conspiración como la consecuencia de una patología especial, del colapso de la creencia religiosa, y de un "descenso hacia lo irracional". La implicación es que aquellos que se oponen al "Occidente", o que creen que los gobiernos recurren a los secretos y a la deshonestidad, podrían necesitar tratamiento psiquiátrico.

Parece que Melanie Phillips tiene mucho qué perder si sacuden su fe ciega en la buena voluntad de nuestros líderes. Lo que tiene qué perder es la seguridad y estabilidad de su pequeña visión del mundo. Laughland continúa:

De hecho, es en sentido contrario. La política externa británica y estadounidense está ella misma basada en una serie de teorías de la conspiración altamente improbables, la más grande de las cuales es que un malvado genio millonario saudita en una cueva en el Hindu Kush controla una red secreta mundial de "decenas de miles de terroristas" "en más de 60 países" (George Bush). [...]

Del mismo modo, la invasión de Iraq dirigida por Estados Unidos estaba basada en la fantasía de que Saddam Hussein era parte de, o podría algún día ser parte de, una conspiración con Osama bin Laden. [...]

En contraste con tales fantasías, es perfectamente razonable hacer preguntas acerca del poder de los servicios secretos y fuerzas armadas de los estados más poderosos del mundo, especialmente de EUA. Éstas no son "teorías" en lo absoluto; están basadas en hechos. La Agencia Central de Inteligencia, la Agencia de Seguridad Nacional, la Oficina Naval de Inteligencia, la Oficina Nacional de Reconocimiento, la Agencia de Inteligencia de la Defensa y otros servicios secretos de EU gastan más de $30,000,000,000 al año en operaciones de espionaje y encubiertas. [...] También sería burdo negar que la industria militar Norteamericana juega un papel muy grande en las economías y las políticas de los EU. Cada día a las 5 pm, el Pentágono anuncia cientos de millones de dólares en contratos para los fabricantes de armas de todo el país - busquen el sitio web del Departamento de Defensa para detalles - quien a su vez ejercen influencia a través de donaciones a políticos y formadores de opinión. [...]

Vale la pena leer el artículo entero, pero el punto queda claro: algunas de las llamadas "teorías de la conspiración" no son tales, ¡son hechos! Veamos algunos de los ejemplos que ofrece Michael Hasty:

Que el fiasco de Bahía de Cochinos, "Operación Zapata", fue organizado por miembros de Skull and Bones [Cráneo y Huesos], la fantasmagórica y poderosa sociedad secreta de la Universidad de Yale cuyos miembros también incluían a Prescott, George Herbert Walker y George W. Bush; que dos de los barcos que llevaban cubanos contrarrevolucionarios a su cita con el absurdo eran llamados el "Barbara" y el "Houston" - la ciudad de residencia de George HW Bush en ese entonces - y que la empresa petrolera propiedad de Bush, entonces operando en el área del Caribe, era llamada "Zapata", no es "teoría". Es un hecho. [...]

Nota: ¿a qué no sabían que John Kerry también es miembro de Skull and Bones? ¡Ay! La democracia es una farsa... Pero continuemos con Hasty:

Que, más allá de su papel cuasi-público como agentes del Departamento del Tesoro de EU, los Bancos de la Reserva Federal son corporaciones lucrativas, cuyos beneficiarios incluyen a algunas de las familias más ricas de Estados Unidos; y que los Estados Unidos tiene un control virtual sobre el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial de Comercio, las tres instituciones financieras globales dominantes, no es una "teoría". Es un hecho.

Que - ya sea heroína del sureste de Asia en los 60s y 70s, o cocaína de América Central y heroína de Afghanistán en los 80s, o cocaína de Colombia en los 90s, o heroína de Afghanistán hoy - a ninguna gran operación encubierta de la CIA le ha faltado un componente de tráfico de droga, y que la CIA ha contratado nazis, fascistas, narcotraficantes, traficantes de armas, asesinos en masa, pervertidos, sádicos, terroristas y mafia, no es "teoría". Es un hecho.

Lean el último párrafo otra vez, por favor. El crimen internacional ligado a la CIA, brazo derecho del imperialismo norteamericano. ¿Qué les parece? Sigamos:

Que, en la mañana del 11 de septiembre, 2001: procedimientos estándar y políticas de la defensa aérea de la nación y burocracias de aviación fueron ignoradas, y las comunicaciones retrasadas; las cajas negras de los aviones que golpearon las torres gemelas fueron destruídas, pero el pasaporte del secuestrador Mohammed Atta fue encontrado en condiciones prístinas; oficiales de alto rango del Pentágono cancelaron sus planes de vuelo comercial esa mañana; George HW Bush se reunió en Washington con representantes de la familia de Osama bin Laden, y otros inversores en la firma privada más grande de equidad, el Grupo Carlyle; la CIA estaba llevando a cabo un simulacro previamente agendado de un avión golpeando el Pentágono; los directores de los Comités de Inteligencia de la Cámara de Representantes y el Senado estaban desayunando con el jefe de la agencia de inteligencia de Pakistán, que renunció una semana más tarde bajo sospecha de involucramiento en los ataques del 11-s; y que el comandante en jefe de las fuerzas armadas de los Estados Unidos se quedó sentado en un salón de clases de segundo grado por 20 minutos después de escuchar que un segundo avión golpeó las torres, mientras escuchaba a los niños leer la historia de una cabra, no es "teórico". Éstos son hechos.

Hay tantos hoyos en la historia oficial del 11-s que parece queso holandés.

La lista de ejemplos sigue. También vale la pena leer el artículo completo.