Paren el Ruido

Un intento por escuchar el susurro de la verdad detrás del ruido de la mentira y la fantasía

lunes, febrero 21, 2005

Mascotas

Hace una semana tuve un sueño.

Me encontraba en una casa rural muy grande y lujosa. Mucha gente iba y venía; probablemente había un evento importante. Las paredes estaban cubiertas de mosaicos árabes, el piso era de madera pulida y en cada esquina había elegantes jarrones de porcelana. No sé quiéne era el dueño de la casa, pero era claro que le gustaban los perros, porque tenía varios que caminaban libremente por los pasillos. En mi sueño, me detuve a pensar qué opinarían estas mascotas de la vida que llevaban, de su entorno y de la gente que los atendía. Se me ocurrió que vivían en una especie de dichosa ignorancia donde ellos eran el centro y los seres humanos sólo estaban ahí para proveer. Aparte de jugar, aparearse y esperar la siguiente comida, no había nada más qué considerar.



"¡Qué ironía!", pensé. "¡Si supieran realmente quién es el amo, y si supieran que cuando él se aburra de ellos, todo lo que tienen les será retirado!" Y el siguiente pensamiento, inevitable, fue:

"¡Pero si nosotros somos las mascotas!"

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Cuando uno llega al punto en su vida en que comprende no sólo intelectualmente, sino emocionalmente también, que no es dueño de su vida, que se nos ha mantenido esclavizados por mentiras y medias verdades, que pronto vamos a morir, y que, como decía el poeta Bob Dylan,

You better start swimming or you´ll sink like a stone
[Más vale que empieces a nadar o te hundirás como una piedra],


entonces uno se enfrenta ante una encruzijada. O sacrificamos la verdad para regresar a nuestros dulces sueños egomaniacos, o sacrificamos nuestros sueños por respeto a la realidad.

La primera opción no debería de ser muy difícil, dado que el mundo en el que vivimos está diseñado para que soñemos. En cambio, la segunda opción es tan difícil que requiere de la actitud del guerrero.

Don Juan Matus ha hablado mucho acerca del camino del guerrero. He aquí algunas de sus palabras que tomo prestadas de gaba, quien a su vez las tomó de aquí, sitio que por su lado las tomó de los libros de Carlos Castaneda:

"- Uno necesita el ánimo de un guerrero para cada uno de sus actos - dijo. - De otro modo uno se enchueca y se afea. No hay poder en una vida que carece de este ánimo. Mírate tú mismo. Todo te ofende y te inquieta. Chillas y te quejas y sientes que todo el mundo te hace bailar a su son. Eres una hoja a merced del viento. No hay poder en tu vida. ¡Que feo debe sentirse eso!
Un guerrero en cambio, es un cazador. Todo lo calcula. Eso es control. Pero una vez terminados sus cálculos, actúa. Se deja ir. Eso es abandono. Un guerrero no es una hoja a merced del viento. Nadie lo empuja; nadie lo obliga a hacer cosas en contra de sí mismo o de lo que juzga correcto. Un guerreo está entonado para sobrevivir, y sobrevive del mejor modo posible."

"(...) Don Juan añadió que la manera mas segura de subyugar el egoísmo era por medio de las actividades cotidianas de nuestras vidas. Mantenía que yo era eficiente en todo lo que hacía porque no tenía nadie que me hiciera la vida imposible y que no era nada del otro mundo andar derecho, si uno anda solo (...)"

(...) Sabemos que nada puede templar tan bien el espíritu de un guerrero como el tratar con personas imposibles en posiciones de poder. Sólo bajo esas circunstancias pueden los guerreros adquirir la sobriedad y la serenidad necesarias para ponerse frente a frente a lo que no se puede conocer."

"(...) Don Juan (...) dijo que era mucho más fácil comportarse bien bajo condiciones de máxima tensión que ser impecable en circunstancias normales."

¡Qué distinto de los guerreros que hacen la guerra desde la Casa Blanca! ¡No se caracterizan precisamente por la sobriedad y la serenidad, o por subyugar su propio egoísmo! Sin embargo, en cierto sentido el Universo nos ha hecho un gran favor al colocarlos al volante de este planeta, ya que son lo que los verdaderos guerreros necesitan para templar su espíritu: personas imposibles en posiciones de poder.

El Universo es sabio.